Madrid, 19 de febrero de 2020
Ya han pasado más de diez días después del derrumbe del vertedero de Zaldibar, que ha costado la vida a dos operarios y ha abierto una crisis ambiental, al encontrar dioxinas y furanos en el aire, y política en Euskadi, en plena precampaña electoral.
En una entrevista este miércoles en “Herrera en COPE”, Begoña Jiménez Luque, investigadora del grupo de análisis instrumental de medio ambiente que forma parte de la mesa de crisis del incendio, ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad a la población. Señala que las recomendaciones del Gobierno de no ventilar las casas ni hacer deporte “no se han tomado como eran, solo medidas cautelares que han tenido el efecto contrario”.
Jiménez Luque ha asegurado que la primera muestra de aire que se tomó nada más ser consciente del incendio “revelan unos datos de 700 femtogramos por metro cúbico de aire, una concentración muy baja”, por lo que la investigadora señala que “no debería haber una alarma excesiva”.
Señala que los compuestos tóxicos encontrados en la zona del accidente, dioxinas y furanos, contaminantes orgánicos calificados como “no intencionales” y que surgen tras fenómenos de combustión, “han registrado valores muy bajos”. Apunta que estos compuestos “tienen una capacidad de viajar a largas distancias, por lo que no tienen por qué quedarse de forma estática en la atmósfera. Podrían cambiar de una matriz ambiental a otra y pasar de la atmósfera al suelo o al agua”.