Los científicos y las grandes farmacéuticas llevan semanas trabajando para encontrar una vacuna. Y Rusia ha sido la primera en anunciarlo. Ayer mismo, el presidente ruso Vladimir Putin anunció que habían sido los primeros en registrar una vacuna contra la Covid. Algo que, a simple vista debería ser sin lugar a dudas una buena noticia, está causando mucho escepticismo entre los profesionales.
Está a punto de entrar a la fase 3 pero solo ha sido probada en 38 voluntarios, entre los que se encuentra la hija del propio presidente. Sobre esta vacuna, Ignacio López Goñi, catedrático de Microbiología de la Universidad de Navarra, se ha mostrado escéptico. Se trata de una vacuna en la que “falta transparencia y datos” para saber si realmente es un prototipo de vacuna que ha podido pasar las primeras fases de toxicidad y si es segura para los pacientes.
“Se ha probado una vacuna que no ha pasado la fase 3”, algo que para el catedrático es “fundamental”, ya que es donde se ve la eficacia de la vacuna, y si es segura. Ya que precisamente, en las primeras fases se prueba en decenas o cientos de personas. Sin embargo, en la fase 3 tiene que probarse con miles, y es donde se puede ver “si hay un efecto tóxico”. Sin embargo, Ignacio López Goñi también advierte de que “con la fase 3 no acaba todo”. Y ha explicado que podría existir una fase 4, que es aquella en la que la vacuna está disponible y puede detectarse “problemas de la vacuna en millones de personas vacunadas”, ha dicho.
El catedrático apunta que “es evidente que se ha antepuesto la rapidez a la seguridad” Señala que “son decenas de prototipos los que se encuentran a día de hoy en fase 3, aunque sí es cierto que la de Moderna en Estados Unidos y la de Oxford en Reino Unido son las que más probabilidades tienen de ser eficaces”
Sobre esto, Ignacio López Goñi ha afirmado que al publicar sus resultados en revistas científicas, la comunidad científica también puede verlo, valorarlo y hacer un seguimiento. En Rusia, tan solo hay comunicados de prensa, por lo que “es muy difícil evaluarla”. Insiste en que con esto “nos estamos jugando el futuro de las vacunas” y cree que “ir rápido no consiste en saltarse las fases sino acelerarlas”. “Podemos correr mucho y tener una vacuna, pero que no tenga una eficacia contra el patógeno”, ha afirmado. Aunque también cree que ahora “hay razones para ir más rápido”. La emergencia sanitaria, la gran inversión, los consorcios entre gobiernos, farmacéuticas y centros de investigación… todos estos factores están ayudando a que el desarrollo de los prototipos pueda desarrollarse.
El catedrático de la Universidad de Navarra también considera que podremos contar “con distintos tipos de vacunas para distintos tipos de personas”. Es decir, que podremos convivir con varias vacunas. “Como hay varios prototipos, algunas serán más o menos eficaces en determinadas condiciones”, opina. Para él, desde el punto de vista intelectual, la de Moderna es la favorita porque está basada en una tecnología que nunca antes se ha utilizado para el desarrollo de una vacuna humana. En España, explica “están en fase 1, y aunque son interesantes, son prototipos que van lentos”.
Señala que “es difícil saber cuándo estará disponible una vacuna”. A día de hoy, hay ocho prototipos en fase 3 aunque antes es necesario “ver la eficacia”, y ha advertido que muchas veces “las vacunas que están en fase 3 no acaban en el mercado”. Sin embargo, y partiendo de la base de que hay más de 165 prototipos, “es posible que en el año 2021 haya vacunas que puedan salir al mercado” aunque otra cosa muy diferente es que pueda “llegara nuestros sistemas sanitarios” porque la demanda de esta vacuna “va a ser mundial”.